EL INICIO DE UNA ETAPA, EL VALOR PARA CONTINUAR, MI RAZON PARA ESTAR EN PIE DE LUCHA, LA RAZON DE LA SIN RAZON, MI LOCURA CUMPLIDA
15 de abril de 2017
¿Por Qué Está Herida la Familia?
Recibí este mensaje, desconozco su autor, pues de lo contrario le daría con muchísimo gusto todo el crédito por tan buen artículo, que refleja con acierto algunos de los motivos por los cuales las familias están divididas y fracturadas. (Incluyo mis aportaciones intentando enriquecerlo, Gracias, gracias, gracias)
La familia está fracturada no por filosofía o ideología de género, sino porque no tenemos raíces profundas de fe. Está fracturada porque tenemos invertidos nuestros valores y prioridades. Trabajamos sin descanso por una casa, un carro y unos bienes perecederos, y ponemos nuestro corazón y nuestras metas en esas cosas pasajeras y superfluas, descuidando lo más importante: A nosotros mismos, nuestro yo, nuestro niño interno, que llora en soledad.
La familia está herida porque no le inculcamos a nuestros hijos el amor a Dios y al prójimo, porque no aceptamos que nuestros hijos sean personas con defectos y necesitados de corrección. Porque no toleramos que se les llame la atención, y nos comportamos como fieras cuando algún profesor los llama al orden. Está herida porque le huimos a la palabra sencillez, porque resistimos la austeridad y no toleramos la pobreza. Porque creemos que tenemos el derecho de ser servidos, pero no nos gusta servir. Porque criamos hijos orgullosos y soberbios al haberles puesto el mundo en bandeja de plata y les robamos la capacidad de aceptar la frustración y la dificultad que los enseña a ser humildes y desarrolla su carácter.
La familia está herida porque no sabemos perdonar, porque no sabemos hablar sin herir al otro, porque no sabemos a ciencia cierta lo que es el amor. Porque les pedimos a los nuestros una perfección que nosotras no tenemos. Porque caímos en la trampa de considerar el matrimonio algo desechable, que podemos tirar a la basura los sentimientos, las ilusiones y los sueños puestos en la pareja, porque nos dejamos llevar por las suposiciones sin darnos el tiempo para que la otra persona también hable y nos diga que siente sin temor al rechazo o a la burla.
La familia está herida porque sacamos a Dios de nuestro corazón, de nuestros hogares y lo estamos sacando de nuestras iglesias, aunque eso es bueno, Dios no debe estar encerrado, sus mandamientos, sus enseñanzas son para vivirse, lo mejor que nos ha dejado es el acto de amor más maravilloso, vino a Servir, no a ser Servido! Amar al *prójimo como a uno mismo *(próximo).
Está herida porque relativizamos la Verdad, porque nunca hay tiempo para orar, porque aceptamos la infidelidad, el maltrato verbal y físico, porque humillamos a nuestra pareja delante de nuestros hijos o nuestros amigos, atentando contra su dignidad y amor propio, porque la palabra debería nos rebasa, (deberías ver esto, deberías ser de tal o cual forma, deberías haber vivido lo que yo viví, deberías ser de tal o cual forma, no hemos aprendido a vivir en libertad, nos da miedo, en ese miedo atamos a la otra persona, esclavizamos y terminamos por asfixiar una relación que hubiera sido maravillosa si hubiéramos permitido que cada quien pusiera las cartas sobre la mesa, llegar a acuerdos y asumir la responsabilidad que nos toca como pareja, sin miedo a Crecer a hacernos adultos y que dejemos nuestro comportamiento infantil que no nos deja asumir nuestra parte, porque nos enamoramos de una persona creyendo que es perfecta y cuando nos damos cuenta que no cumple MIS expectativas, se acaba el enamoramiento y escondemos el amor, entonces comienza la lucha por querer cambiar al otro porque no encaja con lo que yo “necesito”. Le pongo el pie para que no avance, me cuelgo de su pierna para no dejar que alcance sus objetivos, porque eso me da miedo, si el crece, no podré alcanzarlo y lo voy a perder, no saben que cuando hay amor, si uno brilla el otro se broncea. La familia está herida porque hemos perdido los valores para caminar de forma un poco más recta por la vida. Porque nos hemos vuelto indiferentes y guardamos silencio ante los actos faltos de amor que se cometen a diario. (Robos, suicidios, vandalismo, enfermedades, guerras, etc).
Definitivamente es tiempo de ser mejores familias, es tiempo de reconocer humildemente nuestros errores, es tiempo de dar lo mejor de nosotros mismos. Es tiempo de dedicarle tiempo a nuestros hijos, de decirles aquí estoy, de enseñarles más que con palabras con obras, que aunque la vida sea dura, siempre podrán contar con nuestra ayuda, que no nos fallan a nosotros, se fallan a sí mismos, enseñarles lo que es disciplina y responsabilidad, (sin golpes).
Porque en la medida en que aprendamos a perdonar a quienes pensamos que nos han lastimado, a quienes no han cumplido con nuestras expectativas, (aún cuando seamos responsables de haberlo permitido), a pedir perdón por no cumplir las expectativas de los demás (padres, hijos, hermanos, jefes, amigos, etc), sobre todo a perdonarnos, porque no hubiéramos podido hacer las cosas de otra manera. Es tiempo de abrir las puertas de nuestros hogares de par en par, dejar entrar a Dios o a la Divinidad en quién creamos, volver al primer amor, (el amor a nosotros mismos, porque somos auténticos, seres humanos maravillosos que valemos mucho por el simple hecho de ser, de estar, de existir.
Es tiempo de llenar las tinajas de vino que se agotaron cuando le dijimos a nuestros (as) esposos (as) que estaríamos con él (ella) en la salud y la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en lo próspero y en lo adverso….
La familia no ha sido lastimada tan solo con la corriente de nuevas doctrinas e ideologías que tanto nos alarman. Sino que tal vez tú o yo como padres, nos hemos encargado de abrir heridas en aquellos que decimos amar con toda nuestra alma. Tal vez, hemos perdido el norte por estar buscando las cosas de abajo y olvidado las de arriba.
¡Sí, eso es! Se nos olvidó, que la meta es el cielo, que los límites los ponemos nosotros, que nuestros hijos son inteligentes, capaces, únicos, que debemos estar orgullosos de sus logros por más pequeños que éstos sean, hay que decirlo, que nos escuchen, que lo sientan.
¿Reconoces las heridas de tu familia inmediata? ¿Está herida por falta de tiempo, perdón, comunicación, infidelidad, consideración o egoísmo? ¿Tu familia extendida, está lastimada por falta de atención, cortesía, interrelación o chismes? Que tal tu iglesia o hermanos en la fe, están divididos por errores doctrinales, falta de perdón y humildad, por pecados prevalecientes, o están lastimados por la falta de crecimiento espiritual, tacto, hostilidad verbal o desengaños? Empecemos por nosotros mismos a reencontrarnos, reconocernos como seres libres, maravillosos, que nos merecemos lo mejor y que sólo yo, soy responsable de mí mismo. Hoy dejo de buscar culpables para no asumir mi responsabilidad, Hoy es el mejor día de mi vida, ayer ya pasó, no puedo cambiarlo, mañana no sé si llegaré, aunque confío firmemente en que así será, pero Hoy agradezco por coincidir en este plano Terrenal con cada uno de ustedes. Lo siento, perdóname, te amo, Gracias.
Gracias, gracias, gracias!!!!
Yadira Quevedo!!!!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)